escribir

La potencia de la escritura, hoy, parece ser la de ligarme a lo que sucede: no una pátina prescindible, una pasión autorreferenciada o un exceso evitable. Al contrario, vincula, cohesiona, algo de lo vivido para volverlo una experiencia. Nunca me resultó tan clara la dimensión estratégica de la escritura.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente. Hay un momento muy preciso en la existencia en que la escritura deja de ser una posibilidad para devenir necesaria ...

Quizas porque, como vos decis, hay algo en la escritura que permite declararse autor de la propia experiencia, constituirse como sujeto.

La dimension "estrategica", que en mi lexico immediato implica la dimension del calculo, de la mediacion del afecto a traves de la razon, el arreglo a fines, no viene sino despues, como un efecto a largo plazo, como una manifestacion formal, de esa potencia irreductible de la necesidad, de ese llamado del cuerpo. En fin, me parece ...

d.

Anónimo dijo...

Ernest Junger estaba vital y lucido los 102 anios y alguien (no recuerdo quien)adjudico esto a que el aleman habia consagrado su existencia a ese vinculo entre la escritura y la vida "que sucede". Algoascomo pulir la vida escribiendo y pulir la escritura viviendo. Saludos a vos y a Diego

Emanuel

ezequiel gatto dijo...

me pregunto si es un momento preciso... más bien lo imagino con un proceso difícil de formalizar. incluso, negando algo de lo que dije, más que plantear un "hoy" habría que plantear "ahoras puntuales" en los que la función de escribir deviene constituyente de una experiencia. Un proceso a saltos, no un movimiento irreversible y localizable.
en cuanto a la estrategia, es cierto, hay una dimensión del cálculo. Quizá aquí se trata de calcular coordenadas. Así todo, el problema persistiría, en vistas que el fin sería ubicarse y ubicarse implica definir un territorio, posibilidades de movimiento, etc.
se me ocurren dos frases: una de goethe (nunca vamos tan lejos como cuando ya no sabemos dónde vamos) y una de Carroll, cuando el gato le dice a Alicia que si no sabe dónde ir no importa entonces qué camino tome. Una apología del desplazamiento sin referencia y su contracara, el peligro de la indiferencia. No tengo nada claro esto, pero trataría de situar mi idea de estrategia entre uno y otro, un andar más que calculador, atento.

martin k dijo...

jeje. vengo pensando bastante en esto últimamente. a la vez la potencia de la escritura para marcar el campo en una época (no se si los historiadores me va a dejar hablar de época) es decir, la herramienta para constituir una experiencia posible, un ahora puntual como decís. y por el otro lado el problema de que la escritura suele convenirle a cierta lógica obsesiva retardar el acto. y en ese sentido no hace mas que postergar el movimeinto.

presiento que es un problema falso, pero todavía no salgo de ahí

ezequiel gatto dijo...

me pregunto, a partir de lo que decís, si acaso la escritura no es un acto. pienso, por eso, en los años '60 y '70 cuando el dilema adquirió gravedad y la escritura fue muchas veces puesta en cuestión, contrastada con el verdadero acto, el político. Allí se armó esa disyuntiva que planteas.
Pero si se piensa la escritura como acto, entonces no podría hablarse de retardo del acto. Deleuze labura eso en Kafka, cuestionando la lectura "neurotizante" del praguense (?)...
"Terminando": si se considera lo estratégico, no cabría pensar en la escritura como una suerte de operador de velocidad? Quiero decir, bien podría retardar como propiciar los actos...

Agustín Jerónimo Valle dijo...

Román es un escritor!!

Hablando en serio, me tomo en serio el comentario de "d.", en el sentido de que el sentido de la escritura, según lo que decís, Eze, no sería sólo estratégico, sino existencial; o mejor: consistencial.