Unos detalles evidentes y aparentemente insignificantes: desde el desvanecimiento de la política de emancipación ha cundido la periodización en décadas. Recuerdo la muerte de Kennedy o el Cordobazo, recuerdo Vietnam o París en Mayo, recuerdo la revolución cubana y el golpe de Pinochet; recuerdo Trelew y Monte chingolo, pero no logro recordar décadas. En los '60 o '70 no había décadas sino acontecimentos que periodizaban. La huelga actual de acontecimientos otorga privilegios periodizantes al sistema métrico decimal. Desde los '80, la primera década efectiva, las décadas se han vuelto el principio retroactivo de institución del recuerdo social. Nuestra situación supone una temporalidad homogénea e integral, coloreada amablemente por músicas y cosméticas.
3 comentarios:
"«Libertad» es lo que más os gusta aullar: pero yo he dejado de creer en «grandes acontecimientos» cuando se presentan rodeados de muchos aullidos y mucho humo.
¡Y créeme, amigo ruido infernal! Los acontecimientos más grandes -- no son nuestras horas más estruendosas, sino las más silenciosas.
No en torno a los inventores de un ruido nuevo: en torno a los inventores de nuevos valores gira el mundo; de modo inaudible gira."
F.N.
buenísimo!
Hermosas citas ambas. Respecto del post, pregunto: ¿qué le hará a esa idea la palabra "dosmiluno", entre aviones, cacerolas y sus percepciones?
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