En algún momento
(no este sábado de irresponsables)
un viejo o un joven se sienta
con sus cuerdas chinas delante,
entre las piernas.
Tira notas, no hay acordes
no hay escalas, sólo notas detrás de notas.
Alguien registra,
Alguien,
yo,
lo
descarga.
En este sábado de irresponsables
todas las madres han muerto
y no las lloramos.
El huracán miniatura de tu respiración
en mí oído se hace uno
con el viejo o el joven,
con sus pasiones atonales.
La tarde es un caos sonoro
tamaño pieza
donde te tocó ser la cadencia tibia
ronroneante.
Acostado a tu lado, bailo.
4 comentarios:
)(
brindo por las tardes john y yoko
lindas palabras.
el amor le pone alas hasta un cerdo...
.: este guliver cada dia mejor
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